viernes, 25 de julio de 2014

DAÑOS COLATERALES

DAÑOS COLATERALES



En la reciente reunión pública efectuada a nivel internacional de la que participaran el secretario de la ONU y el premier israelí Netanyahu, este último, ante las incesantes diatribas en su contra por todos los muertos civiles que Israel produce en sus bombardeos a Gaza alcanzó a musitar con su inconfundible vozarrón: 'Hamas es ISIS, es Al Qaeda, es Bokoaram'.
Calificación ésta que hace entonces muy comprensibles sus humanitarios genocidios. Como todas estas organizaciones tienen la meta común de instalar en el mundo islámico un califato cuya capital será Jerusalén y cuya ley es la Sharia que prohíbe la usura y aplica severas sanciones contra los delincuentes, las muertes civiles para evitar tal siniestro deben reputarse sin más como daños colaterales y a la opinión pública hay que convencerla de que los mismos son necesarios para evitar que sobrevenga dicho mal tremendo. Obama, desde mucho antes que Netanyahu, nos ha dado el ejemplo semanal de sus bombardeos inteligentes a Pakistán, Yemen, Somalia, Afganistán que eliminan semanalmente a unas 300 personas con la casi seguridad de que como en Gaza, entre los civiles que se eliminan se encuentren escondidos varios peligrosos fundamentalistas que obedecen a las siglas antes aludidas. A la propaganda derechohumanista que nos habla del genocidio del pueblo palestino hay que contrastarla con la contraria, la de los daños colaterales que justifican tal acción en función del bien de la democracia y la civilización occidental.
Para ello es además necesaria la acción también colateral emprendida por la gilada internacional cada vez más abundante que responde como títere a las sugestiones del poder imperante y por supuesto del sionismo. Se trata así de demonizar al fundamentalismo para de este modo justificar las acciones en su contra. El ISIS según la propaganda habría condenado a muerte a todos los cristianos en la ciudad de Mosul por él conquistada, habría dispuesto arrancarles el clítoris a todas las mujeres a fin de quitarles el goce en la relación sexual y en su furia iconoclasta habría destruido iglesias y mezquitas milenarias; todo esto es dicho para escandalizar a la misma opinión pública que se indigna por las muertes de civiles inocentes a fin de otorgarle un contrapeso y una coartada. Pareciera así decirse: tengan paciencia, un poco de palestinos, pakistaníes, afganos, etc. muertos y tendremos aseguradas las delicias de la civilización de la que estamos disfrutando hasta ahora sin el severo peligro de que toda esta fiesta que vivimos se nos termine.
Pero la mentira tiene patas cortas por más que la gilada sea ilimitada en su acción de creer. El ISIS no ha prohibido el culto cristiano en las tierras conquistadas, como en cambio hiciera España con los musulmanes y judíos luego de la Reconquista, sino que les ha exigido solamente pagar un impuesto al Estado, pues el resto que es musulmán se lo paga a la mezquita. El que no quiere pagar a la AFIP local puede irse, en ningún caso la conversión forzosa o ejecución. La ablación de clítoris está expresamente prohibida por el Islam y pertenece en cambio a culturas africanas anteriores a la aparición de tal religión y los monumentos históricos destruidos lo son a causa de una guerra, hecho lamentable pero que sucediera con mucha más asiduidad en la última gran contienda sin que por ello se condenase a tal religión. Y por último la payasesca aparición del papa Francisco quien, simultáneamente con denunciar en su homilía dominical a los muertos en Gaza lo hizo también con la 'persecución' de los cristianos en Mosul, como si se tratase de lo mismo. Y para ponerle una frutilla al postre, el homenajeante de Teodoro Hertzl no recibió en visita especial a una sobreviviente de la matanza en Palestina, sino a un sudanesa que había sido condenada a muerte por haberse hecho cristiana. Ahora lo que resultaba inexplicable de tal hecho era cómo podía ser que estuviera viva todavía a pesar de tal condena. En fin como bien decía Netanyahu, el fundamentalismo islámico es el problema y ante el mismo lo demás son sólo daños colaterales.

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