lunes, 17 de marzo de 2014

REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (17/03/14)

LA ‘INVASIÓN’ A UCRANIA

                                         
La lucha continúa
Continuando con el relato sobre la situación surgida en Ucrania y a la que le hemos dedicado las dos notas anteriores, en el día de hoy nos referiremos a los últimos acontecimientos y las perspectivas que se abren para el futuro.
Luego del la caída del régimen satélite de Moscú en tal país el panorama que se perfila es hoy el siguiente.
1º Se instauró allí un régimen compuesto por dos sectores claramente diferenciados. Los pro-occidentales, cuyos principales exponentes son la recientemente liberada de prisión Timoschenko y el boxeador Klichko y los nacionalistas entre los cuales se destacan especialmente el Svoboda, un antiguo partido que se remonta al líder independentista Stepan Bandera quien colaborara con los alemanes y que levanta banderas no solamente antirusas, sino marcadamente antijudías y el Pravy Sector, que es liderado por el coronel Dimitri Yarosh, quien estuviera preso de los rusos en Siberia durante 7 años. Ambos sostienen una postura de independencia respecto de los dos bloques que se diputan la región, Rusia y el Occidente, pero las diferencias más marcadas entre ambos consisten en que este último, quien tuviera la actuación principal en la toma de la casa de gobierno y en la resistencia en la plaza de Maidan, sostiene la necesidad de constituir una alianza con aquellos otros sectores que luchan por igual en contra de los mismos enemigos, en este caso el fundamentalismo islámico, habiendo colaborado en algún momento con el Emirato del Cáucaso que combate en Chechenia y en las regiones aledañas. Dicho sector no es por lo tanto antisemita, sino simplemente antisionista y en su programa incluso convoca a la colectividad judía a unirse junto a la islámica y la cristiana a luchar todos unidos en contra de un enemigo común.
2º Tal como era de imaginarse la propaganda rusa ha tratado de enfatizar en la presencia de un fundamentalismo fascista en tal revolución para convencer a los norteamericanos respecto de la inconveniencia de brindarle algún tipo de respaldo. La situación es por lo tanto parecida a la que se ha vivido en las recientes rebeliones del mundo árabe en donde Rusia y EEUU, en el fondo aliados frente a un mismo enemigo, discutieron respecto de a quién convenía apoyar en función de mantener el statu quo internacional. Si a los regímenes existentes que a pesar de ser repudiados por las poblaciones brindaban seguridad y permitían que Rusia, China y los EEUU pudiesen competir entre sí de acuerdo a los cánones implantados en el mundo por el sionismo, o si por el contrario, a fin de no desprestigiarse no era conveniente respaldar una primavera democrática, pues de acuerdo a la utopía en la que creen a rajatablas los norteamericanos, la democracia es el bálsamo que resuelve y cura todos los problemas y heridas. Con más realismo Putin le hizo notar a Obama el error ya cometido en Libia y en Egipto, principales países en los cuales triunfó la primavera árabe y en el primer caso respaldada abiertamente por los EEUU y aun por la misma Rusia que, al no vetar la resolución de la ONU que permitía efectuar bombardeos sobre el país, le dio luz verde a los mismos. Luego de la primavera vino el verano fundamentalista y en Libia las armas norteamericanas y rusas capturadas a Gaddafi fueron usadas por Al Qaeda en el Magreb para constituir el Emirato de Azawad y desestabilizar toda el África Occidental, respecto de la cual el derrocado libio cumplía una función de moderador, cosa que recordó entre gritos y súplicas de desesperación poco antes de ser ejecutado. A su vez la misma Libia es hoy un hervidero y hay regiones en donde ya la ley democrática y socialista que regía bajo el tirano fue sustituida por la Sharia que prohíbe la usura y la prostitución. En Egipto sin embargo se pudo corregir el inconveniente pues el fundamentalismo cometió el error de implantar allí tal constitución sin haber previamente disuelto el ejército que era el reaseguro del antiguo régimen. Allí un golpe de Estado volvió a poner todo en su lugar, habiendo sido impulsado por todos los gobiernos modernos aquí mencionados y aun el del sirio Assad y el de Arabia Saudita que promovieron y respaldaron tal movimiento pues corría un severo peligro el Estado tapón puesto en la zona, el de Israel, que era bombardeado asiduamente desde territorio egipcio y dejando sin el valioso gas que calefaccionaba a los colonos hebreos que se sacrificaban por ellos y la democracia en tierras desérticas y frías. En Siria se llegó a tiempo para resolver el problema y si bien la revolución no pudo ser aplastada, se ha logrado que Assad se mantenga en el poder, aunque se ignora por cuánto tiempo podrá continuar estando a pesar de las ingentes ayudas que le brindan los rusos, los iraníes, esos traidores del legado de Khomeini, en forma directa y Europa, EEUU e Israel de manera indirecta. Putin trata de convencer a Obama de que la situación de Ucrania es parecida. Intenta hacerle ver que el sector occidental que pone la cara no es el más importante, aquí el verdadero enemigo que está detrás de todo es el fascismo que, como bien lo calificara en su momento G. Bush, gran amigo ausente y lamentado por Putin, es el calificativo genérico que a su vez recibiera el Islam fundamentalista para denominar a aquella fuerza que se opone verdaderamente al statu quo. Le hace notar que tal sector, si bien no aparece directamente dando la cara en las reuniones internacionales y no es el que se reúne con Obama, es el que en el fondo detenta el poder. Y al respecto le brindó un pormenorizado informe de todos los grupos fascistas -y en especial el de Yarosh- que detentan cargos esenciales especialmente en el plano militar en donde se terminaría dirimiendo el problema.
3º) Al respecto es de destacar que los EEUU han en parte asumido esta posición del Sr. Putin. Comprendiendo la profundidad del problema han resuelto dejarlo con las manos libres para actuar en Ucrania pero por otra parte, en razón de no querer dejar a la deriva a aquellos sectores que simpatizan abiertamente con ellos como los de Klichko y Timoschenko, les han brindado una apoyo verbal, siendo de este modo la situación parecida a la de Siria pero con la diferencia que las fuerzas modernas hoy no se encuentran aquí detentando el poder. Rusia entonces, si bien se encuentra ante una situación internacional sumamente ventajosa, sabe también de los riesgos que correría una ocupación militar a tal territorio y el Sr. Putin es sumamente conciente del grave daño que le produciría repetir en tal región una situación parecida a la que se vive desde décadas en el Cáucaso con la presencia activa del Emirato. Por ello su táctica será la que está implementando ahora a la manera de una prueba en la región de Crimea. Armar milicias de ciudadanos de la región de origen ruso y enriquecerlas con instructores venidos especialmente de Moscú a fin de generar un ejército autóctono pero servil a sus intereses y que haga las veces de las fuerzas invasoras. No está descartada en modo alguno la invasión en caso de emergencia y que tal fuerza fuese superada por los ucranianos, pero este procedimiento, de ser exitoso, le daría mejores resultados. Ante ello entonces los ucranianos, especialmente su sector más lúcido, el del Pravy Sector, deberán convencerse de que todo dependerá en última instancia de ellos mismos y que no será el Occidente el que vendrá en su ayuda. Es de esperarse entonces una guerra civil que puede alcanzar a tener grandes dimensiones pudiendo llegar a convertirse, de profundizarse la situación, en la nueva Siria del continente europeo y con el tiempo un verdadero revés para el Sr. Putin.

Walter Preziosi


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