domingo, 8 de abril de 2012

REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (8/04/12)

LA HEROICA RESISTENCIA DEL PUEBLO SIRIO ANTE LOS VERGONZOSOS ATAQUES MEDIÁTICOS DEL SISTEMA


La guerra de civilizaciones, que confronta abiertamente desde el 11 de septiembre de 2001 al mundo moderno contra el tradicional, nos ha brindado en la semana que concluye un par de acontecimientos sumamente significativos, obviamente silenciados por la totalidad de los medios del sistema que lo que menos desea es que tales cosas se sepan.
Esta vez el eje del conflicto se ha trasladado hacia el África. Luego de que la revolución triunfara en Libia y las fuerzas de Al Qaeda estuvieran en la vanguardia tomando importantes ciudades como el bastión principal de Gaddafi en Sirte, la revolución islamista se ha dirigido ahora hacia Malí. Allí ha acontecido lo siguiente. En razón de la impotencia del régimen de Touré de poder hacer frente a la rebelión de los Tuareg en el norte, aliados a su vez de Al Qaeda en el Magreb, se produjo un golpe de Estado promovido por Francia con la finalidad de militarizar el país e impulsar una mayor ofensiva contra los rebeldes. Pero las cosas no resultaron exactamente como se pensaba pues la resistencia que encontraron los sublevados por parte de las fuerzas leales hizo que se desprotegiera aun más el norte y de esta manera los Tuareg terminaran ocupando las principales ciudades llegando a proclamar la independencia de tal región. En tal ofensiva una vez más Al Qaeda tomó la vanguardia ocupando las ciudades de Gedo y Tombuctú, esta última reputada como un lugar santo del Islam. Esta situación ha originado que Francia, que desde la OTAN tiene a su cargo el control de la situación en el norte del África, llamara a una reunión de urgencia a tal organización previéndose en tiempo muy cercano una intervención directa de tal país ante el avance incontenible del fundamentalismo.
Pero no sólo en el norte de tal continente las cosas van de mal en peor para los modernos, en la región este, en Somalia, las fuerzas de Al Shabaab han retomado la iniciativa luego de un retiro táctico de los barrios marginales de Mogadiscio efectuando una serie de ataques contundentes en contra de sedes del gobierno respaldado abiertamente por los EEUU. A pesar de que Kenia y Etiopía por el norte y sur del país habían iniciado operaciones militares, lo importante es que han podido ser rechazadas y el resultado ha sido que en esos mismos países por reacción contraria se produjeran brotes importantes de rebelión fundamentalista.
La situación se ha hecho contagiosa también en Yemen en donde día a día AQAP (Al Qaeda en la Península Arábiga) avanza conquistando cada vez más territorio ante la impotencia ya manifiesta del agónico gobierno de Saleh, suplantado ahora por su vicepresidente, que ya se encuentra recluido en dos enclaves, el de Sana y el de Adén, a punto de caer en manos del fundamentalismo.
Al respecto resulta significativo comprender la estrategia norteamericana en contra de Al Qaeda. Como han comprobado en carne propia, a partir de los fracasos producidos en las guerras de Afganistán e Irak, que la invasión militar no es el procedimiento más adecuado, ahora acuden a una serie de medidas alternativas, especialmente la de los ataques con aviones inteligentes sin piloto o drones que, tras una labor previa de espionaje, se dirigen hacia ciertos objetivos matando a distintas personas las que según la CIA serían todos importantes dirigentes de Al Qaeda. Esta estrategia ha entusiasmado a Obama quien cree que junto a un impulso de la primavera árabe imprimiendo a la misma un sesgo democrático y occidental, eliminando físicamente a los miembros de tal organización se va a terminar con el fundamentalismo. Sin embargo la misma ha sido criticada duramente primero por Israel y luego por Rusia y China. Al respecto en su cuenta de Twitter en el día de ayer Netanyahu ha manifestado en forma muy precisa que ‘la Primavera democrática árabe es la antesala de la revolución islamista’. Ya lo había señalado antes cuando se había opuesto discretamente a la caída de Gaddafi pues consideraba que bien o mal era un freno ante el avance de tal movimiento. Rusia en un principio había concordado con Obama en precipitar la caída del tirano libio cuando no interfirió con la intervención aérea en contra de su territorio en la esperanza de que la primavera iba a traer como resultado un freno al avance islamista y que no se volverían repetir los mismos errores de Túnez y Egipto en donde han triunfado regímenes que promueven abiertamente la implantación de la ley islámica. Esto es lo que explica que haya sustancialmente modificado su actuación en Siria. Allí se consideró que, a la luz de los acontecimientos pasados en donde, de acuerdo a lo que con razón indicaba Netanyahu tal primavera era la antesala del verano fundamentalista, brindó un apoyo pleno y total al tirano sirio Assad que corría un peligro similar al de su par libio. EEUU y el mundo libre cumplieron a su vez con su parte. Luego de una serie de amenazas de intervenciones y apoyos al pueblo sirio sistemáticamente masacrado por su tirano, ha dejado con total libertad que los rusos envíen armas en cantidades monumentales para acabar con la multitudinaria rebelión. Lo increíble es que a pesar de toda esta desproporción de fuerzas el pueblo siga resistiendo. Afortunadamente importantes contingentes de Al Qaeda de Libia y de Irak han acudido en su defensa y la guerra civil ha podido de algún modo emparejarse.
A todo esto el sistema como siempre ha acudido a sus periodistas venales con la finalidad clara de sembrar la desinformación. Por un lado hemos tenido los soporíferos informes del profesor universitario yanqui James Petras quien en sus habituales monólogos sostiene que no es Assad el que mata a su pueblo, sino por el contrario es éste el que se flagela a sí mismo para conmover a los EEUU a fin de que intervengan militarmente. Debe ser muy tonto un público lector que se crea que tal potencia necesite justificaciones para hacer lo que tiene que hacer por más denuncias que salgan de la calenturienta pluma del profesor Petras. Lo que sí es que en este caso sucede lo mismo que entre nosotros con Salbuchi. ¿Cómo puede ser que si Al Qaeda es la CIA y ellos en cambio no, a los primeros los persigan y maten por todas partes y a ellos en cambio, tal el caso de Petras, los premien con becas y cargos universitarios?
Pero más siniestra todavía ha sido la nota propalada por la periodista siria ex miembro del partido comunista, Nadia Khost, quien en un artículo que circuló profusamente por diferentes medios, incluso de los denominados alternativos, profundizó aun más lo sostenido por el yanqui Petras manifestando con una argumentación parecida a la implementada por los defensores de Gaddafi que el pueblo sirio vivió siempre muy feliz con Assad y que todo lo que pasa ahora es producido por Al Qaeda que por supuesto es la CIA. Para dar más verosimilitud a su relato y conseguir así que distintas ingenuidades la publiciten lanzó una serie de diatribas en contra de Israel. Obviamente eso es lo que menos lo daña al sionismo el cual, tal como nos acaba de señalar Netanyahu, siempre preferirá a tipos como Chávez o Khost que despotrican en su contra pero no van nunca a las manos que la efectividad de las huestes de Bin Laden que hasta el día de hoy gracias a que la revolución triunfó en Egipto desde el Sinaí bombardearon aldeas israelíes con una lluvia de misiles Grad. Claro que también para éstos Israel tiene su propaganda, esta vez desalentadora. Todos los misiles habrían caído en el desierto y hasta habría habido uno que por intercesión especial de Jehová abrió un pozo de agua en donde no se sabía que existía, calmando así la sed de su sedienta población. Khost en su larga perorata en contra de su propio pueblo, el que nuevamente de acuerdo al argumento de Petras se flagelaría a sí mismo para conmoverlo a Obama, no puede sin embargo ocultar su amor ancestral por Rusia a la que sirvió por años enteros cuando era ‘la gloriosa Unión Soviética’. Según ella sería una vez más la adalid de la lucha en contra de los EEUU (¿). Tampoco por supuesto puede explicarnos por qué si Assad es el gran problema no lo bombardean una vez más como a Gaddafi. Son cosas muy difíciles éstas para ser resueltas por una marxista leninista. Pero insistimos, qué lástima que los ingenuos de siempre la publiciten tanto.

Walter Preziosi

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