lunes, 21 de marzo de 2011

REPORTE DE LA AGENCIA KALI-YUGA 21/03/11

EL BOMBARDEO A GADAFFI


Puesto que la política es una acción humana y no específica del mundo de la naturaleza, sus hechos no acontecen de manera necesaria, sino libre; por tal causa no siempre resulta fácil anticiparse a los acontecimientos ni preverlos tal como pueda hacerse en cambio con un fenómeno físico el cual ante una determinada causa produce siempre y forzosamente un determinado efecto.
Si bien es cierto que EEUU y sus aliados europeos representan una fuerza imperialista, no necesariamente sus intervenciones militares convierten en víctimas inocentes y en buenos a los gobiernos que resulten atacados por éstos y del mismo modo no siempre las invasiones que éstos producen son necesariamente queridas por sus ejecutores, sino que en determinados casos éstos pueden verse obligados a tomarlas cuando no tienen alternativa.
Tal como hemos manifestado en otras oportunidades el líder libio Gadaffi, si bien no cumplía con los cánones ideales de un gobernante de tercer mundo al servicio de los intereses del primero, puesto que solía hacer valer su cuota grande de megalomanía a través de una serie interminable de desplantes, de la misma manera que otros similares a su tipo, como Chávez y Aminajedad, cumplía con el requisito principal que se le solicita a un régimen semejante, proveerlo de materia prima, participando así del intercambio capitalista, en este caso a través del gas y del petróleo que los tres tienen en abundancia y que en momento alguno han manifestado su intención de no proveerlo produciendo así el colapso del sistema. Al mismo tiempo, en el caso particular de Gadaffi, se ha tratado también de cumplir con la función policial de freno y retén de los grandes flujos migratorios que se producen desde su continente hacia Europa. Sin la presencia de los gobernantes actuales del norte del África el continente europeo hoy se vería invadido literalmente por el flujo de los esquilmados africanos que las fuerzas policiales de Gadaffi ayudan a detener antes de que desesperados se lancen en chalupa por el Mediterráneo.
Si bien Gadaffi había participado tiempo atrás de atentados y había alentado a fuerzas terroristas contrarias al ‘mundo libre’, en los últimos tiempos y especialmente tras la aparición de una fuerza con la intención precisa de terminar con el sistema moderno y capitalista y no negociar en cambio un lugar de mayor privilegio dentro del mismo, ha cambiado radicalmente sus puntos de vista. Ha dejado así de ser un líder ‘antiimperialista’ para convertirse en cambio en un gran aliado de Norteamérica, Israel y Europa. Tal ha sido así que cuando el flujo de rebeliones acontecidas en el mundo árabe comenzó a afectar seriamente a su gobierno en modo tal de dejarlo en severa inferioridad respecto de una oposición que logró hacerse de las principales ciudades, Gadaffi ha sostenido en su defensa y para obtener el apoyo del ‘mundo libre’ que si él dejaba de estar en el gobierno Al Qaeda iba a ocupar su lugar y si esto acontecía se iba a desestabilizar toda la zona desde el Mediterráneo hasta Israel ya que Europa se iba a quedar sin combustibles del mismo modo que invadida por incesantes flujos inmigratorios promovidos por la organización de Bin Laden. Esto es lo que explica que durante más de un mes el ‘mundo libre’, que verbalmente condenó las acciones violentas de Gadaffi, no solamente no intervino para defender a los pobladores sublevados que representaban la inmensa mayoría del pueblo libio, tal como pudo comprobarse de las multitudinarias manifestaciones habidas en tal país, sino que incluso lo proveyó de dinero para abonar los sueldos de sus mercenarios africanos pagando puntualmente las remesas de sus envíos de petróleo y dándole de esta manera el oxígeno necesario para seguir estando en el poder. Por supuesto que verbalmente hubo manifestaciones de condena hacia su accionar, pero se lo dejó avanzar militarmente a sabiendas de que la desproporción de armas entre su gobierno y las fuerzas opositoras era impresionante ya que éstas no cuentan ni con fuerza aérea ni marítima. Pero es de destacar aquí que, a pesar de todo lo efectuado y de los grandes actos de optimismo manifestados por Gadaffi en el sentido de que iba a aplastar en poco tiempo la rebelión, ésta pudo lo mismo hacerle frente especialmente en las dos ciudades de Misurata y Ajdabija las que nunca pudieron ser totalmente reconquistadas como falsamente manifestó el déspota libio. Fue así que podemos decir sin posibilidad de equivocarnos que fue el mismo Gadaffi quien indujo a la intervención del ‘mundo libre en su territorio. En su último discurso del jueves pasado llegó a manifestar literalmente que si sus enemigos no se rendían iba a exterminarlos sin misericordia. De este modo les dio los argumentos necesarios a aquellos países que, como Francia e Inglaterra, manifestaban su intención de intervenir en el conflicto. Al día siguiente de su destemplada declaración la ONU, sin el veto de Rusia y China, resolvió la intervención militar aérea y marítima en territorio libio, ya que era indudable que si esto no sucedía entonces dicha organización perdía totalmente su razón de ser.
Gadaffi, un megalómano empedernido, no quiere caer víctima de su pueblo sino pasar a la historia como aquel que ha sido desplazado del poder por la fuerza extranjera. A su vez dicha intervención tiene otro objetivo más importante, el de asegurar que a Gadaffi lo suceda su ex ministro Jalil, es decir un gobierno moderado que, a diferencia de uno de Al Qaeda, les asegure la continuidad de lo que hacía Gadaffi, aunque con la ventaja de carecer de sus histriónicos arrebatos. El diario Jerusalem Post de Israel había manifestado unos días antes que el principal país que armaba a las fuerzas opositoras que resistían en Bengazi era Egipto cuyo gobierno actual, tras la caída de Mubarak, representa una verdadera incógnita. Casualmente un día antes de tal decisión en Egipto sucedieron dos cosas importantes. La primera de ellas fue la liberación del hermano de Al Zawahiri, nº 2 de Al Qaeda, y uno de los principales líderes del grupo Jihad Islámica, un sector escindido de la Hermandad y que propone la lucha armada. El otro hecho fue la visita de Hilary Clinton al país un día antes de que la ONU decretara la intervención a Libia. Es indudable que la presencia del ‘mundo libre’ en esta guerra es asegurar una continuidad al régimen de Gadaffi y no su sustitución del mismo como los principales analistas internacionales, sea de izquierda como de derecha, sostienen en unanimidad, ni tampoco, tal como dicen Chávez y sus satélites del Alba, ‘para quedarse con su petróleo’. ¿Para qué si ya lo tienen?*

*Puede agregarse a este apretado análisis de situación que fue Hilary la que convenció a Obama de la necesidad de actuar tras la visita a Egipto y a su vez que Francia ha sido la nación que se ha puesto a la cabeza de la ‘misión de paz’ ya que, en la división de fuerzas establecida en la Otan, este país es el que tiene la responsabilidad militar de combatir a Al Qaeda en el Magreb, teniendo en la actualidad una fuerza operativa que actúa en la vecina república de Malí.

Walter Preziosi

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