domingo, 4 de enero de 2009

La corrupción somete a Afganistán

ADELANTO - PARTE DE GUERRA 03-01-09

AFGANISTÁN:

1) La corrupción somete a Afganistán
Los sobornos van desde 70.000 euros para ser jefe de policía hasta los 2.800 para salir de la cárcel - La confianza de los ciudadanos en el Gobierno se desploma
DEXTER FILKINS (NYT) - Kabul - 03/01/2009

Todo tiene un precio en el violento Afganistán. ¿Quiere ser jefe de la policía provincial? Le costará 100.000 dólares (70.000 euros). ¿Quiere transportar combustible con camiones por todo el país? Esté preparado para pagar 6.000 dólares (4.000 euros) por vehículo, si no quiere que la policía se chive a los talibanes. ¿Quiere resolver extrajudicialmente una disputa sobre la titularidad de una propiedad? Tenga a mano 25.000 dólares (18.000 euros), aunque algunos jueces le pedirán más.
Varios altos cargos de la Administración están relacionados con el tráfico de opio
"Dios sabe que se ha superado el límite", reconoce el presidente Karzai
El responsable de la policía de Kabul alquila su mansión por 11.000 dólares
"Es una pena, pero probablemente pagaré el soborno", afirma Mohamed Naim, un joven profesor de inglés. Su hermano está detenido y la policía pide 4.000 dólares (2.800 euros) para liberarle. "Todo es posible en este país. Todo", añade. La corrupción ha invadido Afganistán y su Gobierno, mantenido a flote gracias a la ayuda de Estados Unidos y otros países. Desde el más insignificante policía de tráfico hasta la familia del presidente Hamid Karzai, el Estado construido hace siete años tras la expulsión de los talibanes parece existir para que se enriquezcan los que lo dirigen.
Según diversas investigaciones, varios altos cargos de la Administración -incluido uno de los hermanos del presidente, Ahmed Wali Karzai- están relacionados con el tráfico de opio. En las calles y en las oficinas gubernamentales es difícil realizar un trámite sin tener que pagar un soborno, un regalo o, en el caso de un mendigo, harchee, es decir, lo que lleve en el bolsillo.
La corrupción, abiertamente reconocida por el presidente Karzai, está provocando un desplome de la confianza de la opinión pública en el Gobierno y está ayudando a los talibanes a recuperar su influencia. "Los políticos de este país se han hecho con todo: dinero, montones de dinero", reconoció Karzai en noviembre. "Dios sabe que se ha superado el límite. Bancos de todo el mundo están llenos de dinero de nuestros funcionarios", añadió.
La decadencia del Gobierno afgano representa uno de los mayores retos que afronta el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, que quiere intentar dar un giro al curso de la guerra en este país. Es posible que Obama tenga que salvar al Gobierno de Kabul no sólo de los talibanes -enviando más soldados a la zona-, sino también de sí mismo.
"Este Gobierno ha perdido la capacidad de gobernar, porque el control está en manos de un gabinete en la sombra", cuenta Ashraf Ghani, ex ministro afgano de Finanzas. Dejó su cargo en 2004, según él, porque el Estado estaba bajo el control de los narcotraficantes. "Este narco-Estado se ha consolidado", dice.
En las calles de Kabul, es tan fácil encontrar historias de corrupción como puestos de kebab. Todo parece estar a la venta: oficinas públicas, acceso a los servicios gubernamentales, incluso la libertad de una persona. Los ejemplos mencionados antes, como los 100.000 dólares requeridos para ser jefe de la policía provincial, son habituales, según algunos afganos que han tenido que pagar estas cantidades o que han visto cómo otros lo hacían. La gente paga sobornos por cosas grandes, y también por nimiedades: conseguir electricidad para una casa, salir de la cárcel, entrar en el aeropuerto.
"Cada miembro del Gobierno es su propio rey", afirma Abdul Ghafar. Este transportista cuenta que tiene que pagar sobornos a la policía habitualmente para evitar que dificulten su trabajo.
La corrupción suele ser un gran problema en los países en desarrollo. Pero los afganos afirman que el nivel que ha alcanzado en su país no tiene precedentes, tanto por la escala como por el descaro con el que se lleva a cabo. Transparency International, una organización alemana experta en corrupción, elabora anualmente una lista con los países más honestos del mundo: Afganistán ocupaba el puesto 117º de los 180 países analizados en 2005. En la clasificación del año pasado, cayó al puesto 176º.
En el barrio de Sherpur, en la capital, se huele la corrupción más que en ningún otro sitio del país. Antes de 2001, era una colina sin edificios. Hoy, es el lugar más rico de Afganistán, con ostentosas y grandiosas mansiones valoradas en cientos de miles de dólares. Los afganos suelen llamar a estos inmuebles casas amapola (en referencia a la planta con la que se produce el opio). El barrio ha sido bautizado, con ironía, como Char-pur (la ciudad del saqueo). Lo más destacable de Sherpur es que algunos de los propietarios de estas viviendas son funcionarios del Gobierno, cuyos sueldos no dan para vivir en un sitio como éste ni dos días.
Una de las propiedades pertenece a Abdul Jabbar Sabir, un ex fiscal general que se hizo popular por declarar una yihad (guerra santa) contra la corrupción. Después de que Karzai le destituyera el año pasado, empezó a circular un vídeo en el que aparecía borracho y bailando y que fue un escándalo. Ahora, vive en Canadá y su casa en Sherpur se puede alquilar por 5.000 dólares mensuales.
Mientras tanto, el jefe de la policía de Kabul, Mahamed Ayob Salangi, es propietario de una mansión aún más grande, decorada con largas columnas y una enorme fuente. Se alquila por 11.000 dólares al mes. El sueldo de Salangi no es público, pero, a modo de comparación, el presidente Karzai gana unos 600 dólares al mes.
Amin Farhang, ministro de Comercio, explica en una larga conversación en el salón de su casa, que pasó dos años intentando despedir al responsable de otorgar las licencias de apertura de nuevos negocios, que lo hacía a cambio de una suculenta comisión. No logró deshacerse de él porque, según Farhang, sobornaba a otros miembros del Gobierno para que no lo echaran.
Muchos afganos responsabilizan del auge de la corrupción a Karzai, porque se ha visto incapaz de enfrentarse a los grandes corruptos. El ex ministro Ghani, que ahora contempla la posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales, cuenta que dos temas marcaron su decisión de dimitir: los sobornos y comisiones ilegales relacionadas con el sector inmobiliario, y los relacionados con el sector de la aviación.
La corrupción es palpable en los juzgados del centro de Kabul. Farooq Farani lleva siete años intentando recuperar la titularidad de su casa. La abandonó en 1990, cuando empezó la guerra civil y tuvo que salir del país. Cuando volvió, en 2001, tras la caída del régimen talibán, un extraño ocupaba la vivienda. "Mi casa vale 50.000 dólares y me han dicho que tengo que pagar 25.000 para recuperarla", cuenta.
La corrupción puede ser endémica, pero si existe alguna esperanza está en gente como Farani, que se niega a pagar el soborno. "Es una cuestión de principios. No pagaré. ¡Nunca!", asegura. "Pero no tengo mi casa y no sé si alguna vez la recuperaré".

GAZA:
1) Hamás advierte a Israel de que la invasión de Gaza será respondida con secuestros
En sus primeras declaraciones desde el inicio de la crisis, Bush exige al movimiento islámico que frene el lanzamiento de cohetes
AGENCIAS - Washington - 03/01/2009

El líder de Hamás en el exilio Khaled Meshal ha advertido a Israel de que el movimiento islámico está listo para resistir una hipotética invasión terrestre del Ejército israelí en Gaza. Además, ha dicho que la agresión podría provocar el secuestro de más soldados israelíes, según informa el periódico israelí Haaretz en su página web. "Si cometéis el acto estúpido de entrar en Gaza, quién sabe, podríamos tener un segundo o un tercer Shalit," ha dicho Meshal en referencia al soldado hebreo Gilad Shalit, quien fue secuestrado por milicianos en Gaza hace más de dos años.


En una comparecencia en televisión desde Damasco, Meshal ha dicho: "Estamos preparados para el desafío, esta batalla nos ha sido impuesta pero estamos seguros de que conseguiremos la victoria porque nos hemos preparado para ello".
Por otra parte, Abu Zakaria al Jamal, un importante dirigente de Hamás, ha muerto este sábado por la mañana por las heridas producidas por un ataque aéreo del Ejército israelí en la noche del viernes sobre la Franja de Gaza, según asega el Movimiento para la Resistencia Islámica.
Bush culpa a Hamás
La receta de Estados Unidos para poner fin a la ofensiva militar israelí sobre Gaza es prácticamente un calco de la postura que mantiene el Ejecutivo hebreo. Al igual que el primer ministro israelí Ehmud Olmert, George W. Bush considera que la culpa de la actual situación la tiene Hamás y que por ello recae en el movimiento islámico la responsabilidad de propiciar un alto el fuego.
"Hace 18 meses, Hamás asumió el control de Gaza y desde entonces ha importado miles de armas, cohetes y morteros", ha dicho Bush en un discurso radiofónico tradicionalmente difundido los sábados, pero que fue adelantado al viernes por la Casa Blanca.
En consonancia con su colega israelí, el presidente estadounidense ha reclamado el establecimiento de una supervisión internacional que obligue a Hamás a respetar una eventual tregua. Además, ha acusado a Hamás de utilizar a la población como escudos humanos. "Como parte de su estrategia, los terroristas de Hamás a menudo se ocultan detrás de la población civil, lo que pone en riesgo a palestinos inocentes. Lamentablemente en los últimos días han muerto civiles palestinos".
En sus primeras declaraciones públicas desde que Israel lanzara su operación militar de castigo hace siete días, Bush ha reclamado a Hamás, que controla política y militarmente Gaza, que frene los ataques con cohetes contra territorio israelí. "Cualquier otro alto el fuego unilateral que conlleve nuevos ataques con cohetes contra Israel no es aceptable"
Estados Unidos siempre ha defendido el derecho de Israel, su más fiel aliado en la zona, a defenderse de los ataques con cohetes. Al menos 429 palestinos han muerto en siete días de bombardeos en Gaza y otros 2.000 han resultado heridos. Los cohetes lanzados desde Gaza han acabado con la vida de cuatro israelíes en el mismo periodo de tiempo.
Bush también ha expresado su preocupación por la crisis humanitaria que se cierne sobre Gaza, donde viven en condiciones precarias más de un millón y medio de personasm, y ha dicho que Estados Unidos ya ha ofrecido 85 millones de dólares de urgencia para paliar esa situación.
"Hamás ha demostrado que no tiene intención de servir al pueblo palestino", ha denunciado Bush, que ha lamentado que el movimiento islámico emplea los recursos que tiene para la guerra en vez de para construir escuelas o carreteras.
El presidente saliente de EE UU también ha pedido a otros países que presionen a Hamás para que deje de hostigar a Israel y apoye al presidente palestino Mahmud Abbas. "Reclamo a todas las partes que presionen a Hamás para que abandone el terror y respalde a los líderes palestinos elegidos democráticamente y que trabajan por la paz", ha dicho el presidente republicano.
Abbas, camino de Nueva York
Por otra parte, el presidente palestino, Mahmud Abbas, se encuentra de camino a Nueva York para reclamar a Naciones Unidas que presione a Israel para que detenga "incondicional e inmediatamente" sus ataques, según ha informado el jefe del Departamento de Negociaciones de la Organización de Liberación Palestina (OLP), Saeb Erekat.
Este responsable palestino también ha reclamado a Israel que levante el bloqueo de la Franja de Gaza con la apertura de los pasos fronterizos y que permita que Egipto medie para lograr un gobierno de unidad palestino tan pronto como sea posible.

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